miércoles, 4 de diciembre de 2013

Esticomitia y encabalgamiento

Si lo normal es que un verso abarque y termine con un sintagma o sirrema (esticomitia), el encabalgamiento consiste en el desajuste entre la pausa versal y la sintáctica.

Por medio del encabalgamiento se consiguen múltiples efectos: prolongar el sentido del verso, sorprender, llamar la atención, etc. Isabel Paraíso ha hablado de los efectos expresivos antitéticos entre esticomitia y encabalgamiento: “serenidad/ agitación; lentitud/ prisa; clama/ angustia; inmovilidad/ movilidad; racionalidad/ emoción; etc.”. Otros estudiosos indican que no necesariamente el encabalgamiento produce agitación o angustia.
Para Domínguez Caparrós la función del encabalgamiento los valores estilísticos que se observan más comúnmente son: “variedad en el ritmo; la adecuación para la inserción de la lengua hablada en el verso; cierta sensación de violencia; la relevancia que adquiere cada una de las partes del grupo dividido” si bien advierte de que “en cada contexto se podrá especificar el valor concreto” (2007: 130).

En el siguiente vídeo vemos un fragmento de El caballero de Olmedo de Lope de Vega:
El Caballero de Olmedo from Jaime Bartolome on Vimeo.

Puedes comentarlo observando si hay una mayor tendencia a la esticomitia o al encabalgamiento, qué tipos de encabalgamiento existen y qué efectos producen.

Aquí tienes el texto:

               Yo lo siento, y voy a Olmedo,
               dejando el alma en Medina.
               No sé cómo parto y quedo.          
               Amor la ausencia imagina,
               los celos, señora, el miedo.
                  Así parto muerto y vivo,
               que vida y muerte recibo.
               Mas, ¿qué te puedo decir,            
               cuando estoy para partir,
               puesto ya el pie en el estribo?           
                  Ando, señoras, estos días,
               entre tantas asperezas
               de imaginaciones mías,                    
               consolado en mis tristezas
               y triste en mis alegrías.
                  Tengo, pensando perderte,
               imaginación tan fuerte,
               y así en ella vengo y voy,                
               que me parece que estoy
               con las ansias de la muerte.
                  La envida de mis contrarios
               temo tanto, que aunque puedo
               poner medios necesarios,                         
               estoy entre amor y miedo
               haciendo discursos varios.
                  Ya para siempre me privo
               de verte, y de suerte vivo,
               que mi muerte presumiendo,                       
               parece que estoy diciendo,
               "Señora, aquésta te escribo."
                  Tener de tu esposo el nombre
               amor y favor ha sido;
               pero es justo que me asombre,                    
               que amado y favorecido
               tenga tal tristeza un hombre.
                  Parto a morir, y te escribo
               mi muerte, si ausente vivo,
               porque tengo, Inés, por cierto            
               que si vuelvo será muerto,
               pues partir no puedo vivo.
                  Bien sé que tristeza es;
               pero puede tanto en mí,
               que me dice, hermosa Inés;                
               "Si partes muerto de aquí,
               ¿cómo volverás después?
                  Yo parto, y parto a la muerte,
               aunque morir no es perderte;
               que si el alma no se parte,                      
               ¿cómo es posible dejarte,

               cuanto más volver a verte?


8 comentarios:

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  2. El fragmento expone las palabras de despedida de un hombre enamorado a su amada; el futuro es incierto, mil peligros le acechan, y no sabe si podrá tornar, o no. Sus palabras son graves, solemnes, y por otro lado, lastimosas. Hay cierta lentitud, casi demora, en esa despedida. Por ello no es extraño, habiendo leído la introducción, que el texto tienda a la esticomitia. Encontramos incluso signos de puntuación que indican pausa (puntos, puntos y comas, comas, cierres de interrogación) en la gran mayoría de los versos. De hecho, salvo error u omisión solo he encontrado un encabalgamiento en todo el fragmento (y ni siquiera estoy segura de que lo sea...), entre los versos 12 y 13.
    Y pensando en el encabalgamiento y en sus efectos expresivos que se describen en la introducción, me atrevo a dejaros esta canción donde, a mi parecer (humilde), el uso del encabalgamiento en el estribillo resulta ciertamente sorprendente... Lo transcribo, este es el primer estribillo:
    "Arriba los
    arriba los
    arriba los
    de abajo arriba los"
    Y este el segundo:
    "Arriba los
    arriba los
    derríbalos
    a cañonazos
    y arriba los
    y arriba los
    y arriba los
    los de siempre arriba los"
    (encuentro my interesante además el juego paronomásico arriba/derriba, tratándose de una canción titulada "Nueva Internacional".

    http://www.youtube.com/watch?v=t8yZw-4mQJY

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  3. De las cinco octavas reales con que se construye el poema, los encabalgamientos se concentran en la segunda y tercera (aunque tengo una duda sobre un posible encabalgamiento en la cuarta copla). Creo que la diferencia, planteada muy en general, es que las octavas primera, cuarta y quinta son más narrativas: hay más relato de acción. Así lo muestran los verbos, por ejemplo en la primera octava: voy, parto, quedo, imagina, recibo, decirte,... Las octavas segunda y tercera son más descriptivas del estado de ánimo del poeta y, en este sentido, tienen un ritmo más lento y una función más expresiva; al mismo tiempo, sirven para "explicar" el porqué del "partir y quedarse", "vivir o morir" de las otras octavas.
    Buena parte de los encabalgamientos, además, son dilatados o aplazados y, además, abruptos. Por ejemplo, en la primera quintilla de la segunda copla, el encabalgamiento se da entre el primer y cuarto versos: "Ando.../ .../ .../ consolado...". Asimismo, en la segunda quintilla de la segunda copla, entre los versos segundo y cuarto: "imaginación tan fuerte/.../ que me parece...". En esta misma quintilla, entre los versos cuarto y quinto, "...estoy/ con...". La "anomalía" sintáctica de los encabalgamientos en esta quintilla se acentúa con otras "anomalías", como los hipérbatos y la rima aguda en los versos tercero y cuarto. El patetismo, la agitación emocional que domina todo el poema alcanza en este pasaje un cierto clímax.
    En la tercera copla, tenemos "...puedo / poner..."; o "estoy.../ haciendo..."; o "...me privo / de verte..."
    BIen puede ser que me haya equivocado en la interpretación de alguno de los fenómenos de encabalgamiento.

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  4. Los encabalgamientos de esta composición, formada por coplas reales, se concentran en la segunda y la tercera. Creo que es así, porque la primera, cuarta y quinta coplas son más narrativas, hay más "acción", como puede observarse por el semantismo de los verbos: voy, parto, quedo, imagina, recibo, decir,... La segunda y tercera coplas, en cambio, describen más detalladamente el estado de ánimo del poeta, y de algún modo "explican" el porqué de la acción narrada en las otras coplas.
    Los encabalgamientos son frecuentemente dilatados y abruptos. Por ejemplo, en la primera quintilla de la segunda copla hay encabalgamiento entre el primer y cuarto verso: "Ando.../consolado..."; en la segunda quintilla de esta misma copla, entre el segundo y cuarto versos: "imaginación tan fuerte/.../ que me parece..."; además, entre los versos cuarto y quinto: "...estoy/con las ansias...". El "desorden" sintáctico se ve acentuado con hipérbatos y la rima aguda en los versos tercero y cuarto; la agitación emocional que recorre todo el poema alcanza aquí un cierto clímax. En la tercera copla, tenemos: "...puedo/poner..."; "estoy.../haciendo..."; "...me privo / de verte..."
    Bien pudiera ser que me haya equivocado en la interpretación de alguno de los fenómenos de encabalgamiento.

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  6. Aunque la compañera ha hecho ya unas apreciaciones muy interesantes, voy a comentar que nos hallamos ante unos versos con claro predominio esticomítico, pese a que, por la intensidad del pensamiento manifestado por el amador, bien pudiera haber más encabalgamientos. No obstante, sí se aprecian algunos encabalgamientos en momentos de especial intensidad, siendo este el tono predominante, como ya he mencionado...
    "entre tantas asperezas
    de imaginaciones mías"
    "que me parece que estoy
    con las ansias de la muerte"
    "que aunque puedo
    poner medios necesarios"
    Son algunos de los ejemplos de encabalgamientos que podemos encontrar en el fragmento, los cuales, como vemos, son abruptos, puesto que no superan las ocho sílabas métricas; lo cual, además, tratándose de versos octosílabos, tampoco resulta posible.

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  7. Como ya han comentado las compañeras, predomina la esticomitia. No obstante, aprecio encabalgamientos entre los siguientes versos:
    (22) "temo tanto, que aunque puedo
    (23) poner medios necesarios"
    Encabalgamiento sirremático, versal, suave.
    (26) "Ya para siempre me privo
    (27) de verte, y de suerte vivo"
    Encabalgamiento sirremático, versal, abrupto.
    (36) "Parto a morir, y te escribo
    (37) mi muerte, si ausente vivo"
    Encabalgamiento sirremático, versal, abrupto.
    Tengo dudas sobre un posible encabalgamiento entre los versos (21) y (22):
    "La envidia de mis contarios
    temo tanto que aunque puedo".
    La intención de estos encabalgamientos es expresar los sentimientos de manera más intensa y provocando un efecto más desgarrador.
    Roser, me ha gustado mucho el estribillo del poema que has puesto como ejemplo. Gracias.
    Saludos.

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  8. Gracias por actualizar éste blog (estudiante de "hispánicas", como aún me gusta llamarlo).

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